Con la colaboración de las Dras. Christiany Pegorary, profesora de derecho penal, y Daniela Burlini, especialista en derecho de familia.
El 3 de junio se realizó en Argentina la marcha de las mujeres contra toda forma de violencia de género bajo el lema #niunamenos, marcha que se replicó en varios países de Latinoamérica. En Brasil en la misma se realizaron otras manifestaciones semejantes en San Pablo y Rio de Janeiro, el 1 de junio.
Las cifras en ambos países son más que preocupantes: en Argentina muere una mujer cada 30 horas, en Brasil una cada 90 minutos. Si bien los números son asustadores, hay tal naturalización de estos hechos, los que excepcionalmente tienen la repercusión social que merecen, que recién ahora los estados están dando respuestas jurídicas, de forma más o menos insuficiente. En efecto, en Argentina se sancionó la ley 26.791 que crea la figura del femicidio sólo en diciembre de 2012. En Brasil, para la creación de la figura del feminicidio por medio de la ley 13.104, hubo que esperar hasta marzo de 2015. No obstante estos avances legislativos en materia penal, como apunta la Lic. Carolina Planes, miembro del Programa Permanente de Estudios de la Mujer (PPEM), “la incorporación de la figura del femicidio no soluciona la violencia de género, porque el Código Penal ya es punitivo, o sea que actúa sobre algo que ya pasó. Por lo tanto, si se aplica es porque murió una mujer más". De allí que el femicidio/feminicidio no sea una forma nueva de muerte sino,en palabras de la Dra. Pegorari, “el grado máximo de la violencia de género”. Pero también, como señala la Dra. Burlini, haciendo suyas las palabras de la organización feminista La Casa del Encuentro, el término feminicio es político, es la denuncia de la naturalización de la sociedad de la violencia sexista. Es, de hecho, el resultado del fracaso de las políticas que deberían proteger a las mujeres.
Ante estas muertes injustificadas, lo primero que se destaca es que los asesinos son, en una aplastante mayoría, esposos, compañeros, novios, presentes o pasados, que, paradójicamente, muchas veces se declaran enamorados de las víctimas. ¿Por qué se comportan de manera tan brutal? ¿Qué dice la sociedad? ¿Cuál es la respuesta del estado? Esto es lo que vamos a desmenuzar con la valiosísima colaboración de las doctoras Daniela y Chris.
¡Que lo disfruten!