jueves, 28 de marzo de 2019

Prisiones TEMERarias y turbulencias en la política brasilera


Las rencillas entre Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, y el ministro de Justicia Sergio Moro a través de las redes sociales y los medios de comunicación; la velada disputa de poder entre el Supremo Tribunal Federal y los fiscales de la Lava Jato; y el presidente Bolsonaro que, por inercia (e inepcia), atiza el incendio envés de apagarlo produjeron escenas incomunes en la política brasilera: la prisión del expresidente Michel Temer y de su todopoderoso ministro Wellington Moreira Franco, suegro del propio Rodrigo Maia. 

  La impaciencia del ministro de Justicia Sérgio Moro, ex juez que condenó, en un polémico proceso penal, a 9 años y 6 meses de prisión al expresidente “Lula” da Silva, para que el congreso tratase un proyecto de ley de su autoría para combatir el crimen. El problema es que, por decisión del presidente Bolsonaro, la cámara que preside Rodrigo Maia está abocada de lleno al tratamiento de la reforma de la ley de jubilaciones, obsesión del establishment político y económico.  La falta de cintura política y de tacto del ministro de justicia generó una secuencia de dimesydiretes de alta violencia entre los dos actores políticos. No se puede afirmar que la prisión del expresidente Michel Temer y su poderosos ministro Moreira Franco sea resultado directo de estas disputas, pero es altamente sugestivo que las prisiones preventivas hayan sido decretas por el juez Bretas, socio de Moro en la operación Lava Jato en Rio de Janeiro, que Moreira Franco sea suegro de Rodrigo Maia. Y que las “pruebas” en las que se fundamentan las preventivas sean tan sólo declaraciones de “arrepentidos” que dos años antes fueran desestimadas por la propia operación Lava Jato. Además, como si no bastase, no se dan ninguno de los presupuestos legales para decretar la prisión preventiva, motivo por el cual los políticos fueron puestos en libertad en 5 días.  

  Como telón de fondo, tenemos la abierta disputa entre los jueces del Supremo Tribunal Federal, y los fiscales de la Lava Jato por discordar de la jurisprudencia de la máxima corte de Brasil que determinó que los delitos conexos con procesos electorales deben ventilarse en el fuero electoral, no en el penal, lo que le quitaría un 30%  de los procesos a la Lava Jato, entre ellos el de “Lula” da Silva. Ante esto los fiscales han  elevado el tono de las críticas a tal punto que el STF decidió investigar de dónde provenían los ataques y si los fiscales no habrían incurrido en conductas injuriantes.    

  Para colmo, el presidente Jair Bolsonaro no da señales claras de qué pretende en su gobierno, no tiene un portavoz eficaz y cuando se comunica por Twitter – lo que hace con una frecuencia excesiva, lo que ya fue criticado hasta por políticos aliados y medios de comunicación hegemónicos- emite mensajes que lejos de tranquilizar, colaboran para la alteración de los ánimos políticos de todos, propios y ajenos. 
Traducción: "No se puede conducir con el celular en a mano".
Imagen: tijolaço.net


    De ello hablaremos en el presente programa.

   ¡Que lo disfruten!





NOTA RELACIONADA: Reproducimos la entrevista publicada por el portal nodal.am al periodista Jayme Brener con la idea de tener una mejor comprensión de los turbios momentos políticos por los que atraviesa Brasil.

Entrevista a Jayme Brener, periodista
Por Pedro Brieger, director de NODAL

El jueves 21 de marzo fue detenido sorpresivamente el expresidente de Brasil Michel Temer quien fue una pieza fundamental para destituir a la presidenta Dilma Rousseff en 2016.  Temer había sido parte de la fórmula presidencial -como candidato a vicepresidente- que ganó las elecciones en octubre 2014; por lo tanto asumió la presidencia después de la destitución de Rousseff para culminar su mandato el 1 de enero de 2019 cuando le pasó la banda presidencial a Jair Bolsonaro. Ahora el Poder Judicial de dicho país ostenta el récord de haber detenido en menos de un año a dos expresidentes, Temer y Lula Da Silva.

¿Cómo se entiende la detención del expresidente Michel Temer?

La detención de Temer es, por encima de todo, un acto más del enfrentamiento de poderes en Brasil. O sea, está Sergio Moro, que es el ministro de Justicia y hoy comanda no solo la Policía Federal, sino al COAF, un importante órgano de control del mercado financiero, y es un juez que ya con la detención de Lula transformó su poder en un objetivo político. Entonces, ¿qué hace él? Intentó hacer pasar un paquete de aumento de las penas vinculadas a la cuestión de la violencia y está con Bolsonaro intentando presionar al Congreso para que pase la Reforma Previsional. El problema que tiene es que la articulación política de Bolsonaro es un desastre.
Jair Bolsonaro y Michel Temer

Moro intentó presionar duramente al presidente de la Cámara que tiene muchos problemas con la operación Lava Jato. Uno puede imaginar que Rodrigo Maia -el presidente de la Cámara de Diputados, que tiene en sus manos la potestad de impulsar el debate sobre la reforma previsional- ayer supo que Temer sería detenido, como instrumento de presión para que la reforma caminara más rápido. Al mismo tiempo, el gobierno llevó a la Cámara una propuesta de reforma previsional y de pensiones de los militares que de hecho deja claro que quienes más van a pagar son los trabajadores, los más pobres, pero jamás los militares. Pero hay una paradoja, el próximo paso será el retraso del tratamiento de la reforma previsional que puede ser el primer caso de la derrota de este tipo de reformas sin que haya un solo obrero haciendo un paro.

Sumemos los elementos. Temer fue padrino político de Maia que sabía que sería detenido como instrumento de presión. Y sabiendo que vendría esa propuesta hubo una entrevista de Maia ayer absolutamente fuerte llamando a Moro de empleado del presidente Bolsonaro diciendo que no discutiría con él, sino sólo con el presidente y que su proyecto de mayor criminalización de los hechos criminales no era ninguna novedad y no sería visto como nada urgente. Fue una entrevista que nadie entendió por su fuerza y su agresividad contra Moro. Creo que eso precipitó todo. La respuesta del Poder Judicial fue ordenar la prisión de Temer que era un aliado político de Maia.

En Brasil hay tantas detenciones de políticos y empresarios que ya cuesta saber cómo funciona el Poder Judicial…

Creo que la detención de Temer es abusiva, no porque él no haya robado, pero es una vez más el abuso de los poderes de la Justicia y la Policía Federal en un momento de confrontación de poderes. Ahora es el uso del aparato del Estado en favor de los objetivos políticos de Moro y Bolsonaro. El poder Ejecutivo está muy debilitado. Todo indica que el grupo de Bolsonaro no tiene ninguna habilidad para comandar al país y negociar con el Congreso, que es muy poderoso. O sea, trató de desestabilizar la estructura política que llamábamos de “presidencialismo de resultado” o de “parlamentarismo de resultado”, una mezcla muy rara y muy brasileña, pero trató de desestabilizarla sin poner nada en su lugar. Entonces, hoy hay un absoluto descontrol de los mandos de gobierno, se disparan uno contra el otro. Moro ahora también se enfrenta al Supremo Tribunal Federal (STF) y su equipo filtró a la prensa que hay una delación premiada en la Operación Lava Jato que implicaría a Luiz Fux, uno de los ministros del STF.

No hay una oposición clara, pero se están matando. Y el famoso mercado sólo tolera a Bolsonaro por el hecho de la reforma previsional. Pero, por el ritmo que están tomando las cosas, la reforma no saldrá como quieren y la caída importante de la Bolsa y el alza del dólar, dejan esto muy claro. Estamos en un momento de turbulencia y no se sabe qué va a pasar.